jueves, 18 de diciembre de 2008

Pierre Bayard - Cómo hablar de los libros que no se han leído

Pierre Bayard nació en Francia en el 1954. Es psicoanalista y profesor de Literatura Francesa en la Universidad de París, está considerado en la actualidad como uno de los ensayistas más notables del panorama intelectual francés.
Su siguiente libro, El caso del perro de los Baskerville, aparecerá también en esta colección.

Cómo hablar de los libros que no se han leído:

El ensa­yo de Bayard es un estimulante reflexión a propósito de qué significa la lectura. Para resolver ese enigma, el autor se impone como tarea desenmascarar uno de los tabúes sociales más extendidos: el hecho de que en algún momento de nuestras vidas todos haya­mos fingido haber leído un libro que nunca fue abierto.
Pierre Bayard juega con nosotros, desde luego, al lanzar con maliciosa intención estos huesos: está claro que busca el desafío intelectual, la provocación más evidente. No obstante, una vez leído el libro podemos observar que su propósito es muy otro, si bien bastante más común de lo que podría parecer.Elogios de la lectura se han realizado por doquier: multitud de eruditos e intelectuales han alabado las virtudes de los libros y defendido la necesidad de leer como un elemento indispensable de formación. Bayard juega con el lector proponiéndole, en apariencia, lo contrario: una exaltación de la cultura y de la inteligencia mediante la no-lectura.
Hemos de reconocer a Bayard su atrevimiento a escribir un libro para justificar por qué se puede hablar de libros sin haberlos leído. El autor pretende justificarse, con argumentos que rozan lo verdadero como que estados sometidos en nuestra cultura.
Nuestro autor se jacta de que “es posible mantener una conversación a propósito de un libro que no se ha leído, incluso, y quizá de manera especial, con alguien que tampoco lo ha leído”.
Las argumentaciones que nos propone Bayard son ingeniosas, aunque sin grandes fundamentos. Y se apoya, precisamente, en libros y autores en los que se desvela una cultura que no precisa de demasiadas lecturas. De El hombre sin atributos, retoma la idea del bibliotecario de Musil que reconoce no haber leído ningún libro de su biblioteca. Sólo los títulos e índices de los libros. Bayard aprovecha para proponer otra de sus ingeniosidades: “Las personas cultivadas lo saben, la cultura es en primer lugar una cuestión de orientación. Ser culto no consiste en haber leído tal o cual libro, sino orientarse en su conjunto, esto es, saber que forman un conjunto y estar en disposición de situar cada elemento en relación con el resto”. Ejemplo de ello lo encontramos en El nombre de la rosa, de Eco, cuya trama gira en torno del desaparecido II libro de la Poética. Los dos protagonistas de la novela hablan de esa obra como si la conocieran de primera mano. Su vasta cultura les permite esta audacia.
Surgirán temas como la desmemoria de autores enciclopédicos como Montaigne, que apenas eran capaces de acordarse de los libros que habían leído. Lo que le lleva a Bayard a tratar de la desmemoria y de la función de la no lectura, ya que: “los libros no leídos suponen una fuente inagotable de creatividad”. También encontraremos momento divertidos en los que se relata cómo la antropóloga Laura Bohannan, con gran desesperación, trataba de hacer entender el Hamlet de Shakespeare a la tribu africana de los Tiv. Que este libro no va en serio queda demostrado cuando ya en la última parte del libro el autor parece centrarse en su verdadera motivación: “es hora de abordar aquello que proporciona mi libro su razón de ser, a saber, los medios que deben utilizarse para solventar con elegancia esas situaciones (las de hablar de libros que no se han leído)”. Pero para entonces el libro ya se ha acabado.

lunes, 15 de diciembre de 2008

LA AFRENTA DE CORPES

El texto corresponde a un fragmento del Cantar de Mío Cid, obra anónima del siglo XIII, perteneciente al Mester de Juglaría. Compuesta en tiradas de versos anisosimétricos con rima asonante. Forma parte del cantar tercero y último de la citada obra.
La estructura externa del texto no podemos determinarla con exactitud por no corresponder el texto a un episodio completo, pese a ello destacamos en el texto una parte narrada y otra dialogada.
En la estructura interna encontramos los siguientes componentes, la preparación de la afrenta:

Entrados son los ifantes al robredo de Corpes,
Los montes son altos, las ramas pujan con las nubes,
Y las bestias fieras, que andan aderredor.
Fallaron un vergel con una limpia fuente;
Mandan fincar la tienda ifantes de Carrion,
Con quantos que ellos traen hy yazen esa noche,
Con sus mugieres en braços de muestranles amor.
¡Mal se lo cumplieron, quando salie el sol!
Mandaron cargar las azemilas con grandes haberes,
Cogida han la tienda do albergaron de noche,
Adelante eran idos los de criazon,
Asi lo mandaron los ifantes de Carrion,
Que no hy fincase ninguno, mugier ni varon,
Sino amas sus mugieres doña Elvira y doña Sol:
Deportarse quieren con ellas a todo su sabor.
Todos eran idos, ellos quatro solos son;
Tanto mal comidieron los ifantes de Carrion.

El diálogo de los Infantes:
Bien lo creades, doña Elvira y doña Sol,
Aqui seredes escarnidas en estos fieros montes.
Hoy nos partiremos y dexadas seredes de nos.
No habredes parte en tierras de Carrion,
Iran aquestos mandados al Çid Campeador;
Nos vengaremos: ¡aquesta por la del leon!


La afrenta:
Alli les tuellen los mantos y los pelliçones,
Paranlas en cuerpos y en camisas y en çiclatones;
Espuelas tienen calçadas los malos traidores,
En mano prenden las çinchas fuertes y duradores.
Quando esto vieron las dueñas, fablaba doña Sol.
¡Por Dios vos rogamos, don Diego y don Fernando!
Dos espadas tenedes fuertes y tajadores,
A la una dizen Colada y al otra Tizon;
Cortadnos las cabeças, martires seremos nos,
Moros y cristianos departiran d’esta razon,
Que por lo que nos mereçemos no lo prendemos nos;
Atan malos ensiemplos no fagades sobre nos;
Si nos fueremos majadas, abiltaredes a vos,
Retraer vos lo han en vistas o en cortes.
Lo que ruegan las dueñas no les ha ningun pro.
Esora les compieçan a dar los ifantes de Carrion,
Con las çinchas corredizas majanlas tan sin sabor,
Con las espuelas agudas, donde ellas han mal sabor;
Rompien las camisas y las carnes a ellas amas a dos.
Limpia salie la sangre sobre los çiclatones,
Ya lo sienten ellas en los sus coraçones,
¡Qual ventura serie esta, si ploguiese al Criador
Que asomase esora el Çid Campeador!
Tanto las majaron que sin cosimente son,
Sangrientas en las camisas y todos los çiclatones.
Cansados son de ferir ellos amos a dos,
Ensayandose amos qual dara los mejores colpes.
Ya no pueden fablar doña Elvira y doña Sol,
Por muertas las dexaron en el robredro de Corpes.


Existe un climax dramático ascendente a lo largo del relato.
El tema principal es la traición de los Infantes a su Sr. El Cid, que se hace efectiva en la afrenta.
Los personajes de los Infantes son mostrados por el autor como unos sádicos que demuestran amor a sus esposas:
Con sus mugieres en braços de muestranles amor.

Luego las torturan, incluso compiten para ver quien les da los mejores golpes:
Ensayandose amos qual dara los mejores colpes.

Con esta venganza los Infantes rompen su vínculo con el Cid: No habredes parte en tierras de Carrion

La toman como la venganza que tienen pendiente desde el episodio del león:
Nos vengaremos: ¡aquesta por la del leon!

Debido a la deshonra que sufrieron por las burlas que de ellos hicieron los vasallos del Cid por su cobardía. Se destaca esta afrenta nombrando a las espadas Colada y Tizona que el Cid les entregó como un regalo.
Nuevamente aparece el tema de la honra, que es el principal del Cantar, en esta ocasión se trata de la pérdida de la honra familiar, de la deshonra que sufre el Cid a través de sus hijas, se produce la pérdida del honor familiar. Es especialmente deshonrosa la forma de castigo utilizada, el martirio, por este motivo las Infantas piden que les corten la cabeza:
Cortadnos las cabeças, martires seremos nos

Porque es un modo más noble de morir. Las deshonra del Cid recae de nuevo en los Infantes:
Si nos fueremos majadas, abiltaredes a vos,
Retraer vos lo han en vistas o en cortes.


Al igual que sucedió en el episodio del león. También se anticipa el episodio de las cortes de Toledo en la que la honra será recuperada.
Los Infantes y las hijas del Cid son un personaje dual, son dos personas que en el texto por sus acciones que son siempre las mismas son como un solo personaje.
Las infantas solicitan se las mate como a mártires:
Cortadnos las cabeças, martires seremos nos

Tiene este episodio un carácter hagiográfico, supone la elevación de la familia del Cid y se relaciona con otro episodio sucedido en el Cantar Primero, el del Angel que se aparece al Cid en sueños para decirle que tendrá fortuna.
Con este episodio la honra del Cid que había conseguido recuperar debido a sus éxitos militares y al perdón real, alcanza su punto más bajo, nuevamente la pierde, pero ahora la pérdida es más grave puesto que alcanza a su ámbito familiar.
El autor describe este episodio con gran dramatismo, utilizando distintos recursos. La descripción del lugar donde se va a producir la afrenta, aquí utiliza el “locus terribilis” frente al “locos amoenus”. El bosque es presentado como el simbolismo medieval del horro, de lo desconocido, que se amplifica cuando habla de las ramas tan altas. Aquí utiliza la figura de la Antítesis (contraste) tanto en el lugar, como en el comportamiento de los infantes (ver párrafo del sadismo).
El dramatismo del suceso aumenta con la descripción tan detallada que se hace del episodio del castigo. El narrador utiliza el recurso de la “ironía narrativa”:

Ya lo sienten ellas en los sus coraçones

Resaltando el tono trágico, anticipa los hechos horribles que pasarán. Existe un climas dramático ascendente que va desde el principio hasta la paliza.
El narrador se muestra subjetivo, se manifiesta abiertamente para mostrar más dramatismo:
¡Mal se lo cumplieron, quando salie el sol!


¡Qual ventura serie esta, si ploguiese al Criador
Que asomase esora el Çid Campeador!

Al auditorio. Son intervenciones que expresan un deseo:
¡Qual ventura serie esta, si ploguiese al Criador
Que asomase esora el Çid Campeador!


Encontramos una exclamación admirativa:
Ya lo sienten ellas en los sus coraçones

En cuanto a los recursos orales utiliza 3 muy imporantes en la épica, los epítetos épicos (los malos traidores), estructuras de tipo bimembre (recurrir a uno y a otro), moros y cristianos (es decir todo el mundo) (o vasallos y señores):
Alli les tuellen los mantos y los pelliçones

Que no hay fincase ninguno, mugier ni varon

Los tiempos verbales utilizados son el pasado como tiempo narrativo, el presente como recurso para acercar a los lectores, el uso de adverbios de tiempo que actúan como actualizadores de la acción (“essora”, “ya”) consiguen que la historia sea más cercana para el oyente.
Conclusión: en este texto encontramos que los infantes rompen los vínculos de vasallaje con su señor, el episodio justifica el final del Cantar, puesto que con la afrenta, en la estructura interna del cantar la honra del Cid llega a su punto más bajo, pero será recuperada en las Cortes de Toledo y duelos de Carrión. Encontramos también otro de los temas subyacentes a lo largo del Cantar la lucha entre la alta y baja nobleza.